...
Mirarte a la cara y temblar. Tener miedo. Mucho miedo. ¿A qué? A la incertidumbre o la seguridad. Sin saber qué es peor.. que te vas.. que pasa el tiempo, y me van robando lo poquito que tenía. Tu cariño, tu calor. Auténtico temor infundado por todo lo mío que se marcha contigo. Mi amor, mi medio corazón. Ansiedad que se me inyecta en las venas y me roba el sueño, la paz, la calma. Un cigarrillo tras otro que droga mis pensamientos ante la espectativa de que pronto no estarás. Y otra calada. Cuatro días. Demasiado pronto. Suelto el humo. No volveré a dormir contigo. Otra calada. El humo recorre mis pulmones robándoles minutos de una vida que ahora mismo no quiero vivir. Sin embargo sé que querré, y que cuando eso ocurra mis pulmones probablemente ya estarán demasiado intoxicados. Vuelvo a echar el humo que recojo por la nariz. Pero, ¿por qué te vas? Mi mano incesante no para de borronear dibujos en un viejo cuaderno, dibujos que siempre acaban escribiendo tu nombre sobre el resquebrajado papel. Se acaba el cigarro. La cumbre de una montaña de colillas que nadie adivinaría, esconden un cenicero en su interior. Cierro los ojos, pienso en dormir. Es inútil. Sé que hoy tampoco voy a lograrlo. ¿Y entonces qué? Seguir esperando, espaciando mis pensamientos para tratar de pensar con claridad. Otro sorbo a esa copa de vino que lleva horas a mi lado, pero que ha sido rellenada más veces de las que debería.
- Estás borracha.
- -No, no lo estoy.
- ¿Y entonces cómo estás?
- Estoy escondida.
- ¿Escondida de quién?
- De esa desazón que lucha por embriagar mi alma, del perfume de su rostro que no puedo olvidar, del tacto de sus labios que sigue grabado en mi cuello, del roce de sus manos que mi cuerpo no quiere borrar. Me escondo del aire, del sol, de los días. Me escondo de una vida en la que sé que él no está.
- Estás borracha, vamos a la cama.
- Tú no lo entiendes. ÉL nunca volverá.
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UN EXCELENTE CUENTO PARA DIFUNDIR.
ResponderEliminarUNA MUY JOVEN ESCRITORA, QUE PROMETE...